TRANSCRIPCIÓN:
Toda historia tiene un final y la de los monstruos malditos de la cultura guaraní no es la excepción. La leyenda de hoy incluye la astucia, el valor y el sacrificio de una joven para poner fin al terror.
Como te contamos en anteriores publicaciones, Teyú Jaguá, Mbói-Tui, Moñai, JasyJataré, Kurupí, AóAó y Lobizón eran los hermanos malditos que aterrorizaban comunidades originarias de Argentina, Brasil y Paraguay.
Es por lo anterior que las comunidades más afectadas decidieron tramar un plan contra los monstruos: embriagarlos y prenderles fuego por 7 días y 7 noches.
Para la misión se necesitaba de una mujer que simulase estar enamorada de Moñai. Es por ello que Porãsy, la joven más bella del lugar, decidió sacrificarse por la causa.
Ni bien Moñai vio a la muchacha, quedó profundamente enamorado de ella. Pasaron los días y la chica logró que el monstruo le suplicase por casarse lo más pronto posible.
Esa misma noche, Porãsy avisó a los pueblos que el plan se concretaría, pues Moñai decidió invitar a todos sus hermanos a la boda. La cual tendría lugar en una cueva.
Antes de dar el sí, la cueva, que había sido recubierta por un material inflamable, se empezó a incendiar. No pasó ni dos minutos y la joven y los 7 monstruos habían perecido por las llamas.
Sin embargo, por su sacrificio, los dioses transformaron a la chica en el planeta Venus y decidieron perdonar a los hermanos, transformándolos en jóvenes estrellas que serían, desde aquel momento, acompañadas por otras más ancianas: sus padres.