Corrientes, a nivel provincial, es uno de los puntos de mayor interés paleontológico del nordeste argentino. En distintos sectores de la provincia aparecieron restos fósiles de distintas especies desde el siglo XIX.
El arroyo Toropí, ubicado a pocos kilómetros de Bella Vista, es uno de los yacimientos más conocidos e importantes de Sudamérica. El arroyo Vega en Esquina también tiene fama en este contexto.
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La "Tierra de la Naranja" cuenta con un paleomuseo por calle Salta. |
En Bella Vista, se encontraron fósiles de mastodontes, toxodontes, gliptodontes, tortugas gigantes y perezosos terrestres enormes.
Ya a fines del siglo XIX, el naturalista y zoólogo italiano Florentino Ameghino había reportado hallazgos dentro de la región.
En 2020, más de un siglo más tarde, un equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) halló en la misma zona los restos de un perezoso gigante.
También apareció otro espécimen extinto, emparentado con la llama. Este fue identificado como Hemiauchenia paradoxa, que fue identificado por primera vez por François Louis Paul Gervais y el propio Ameghino en 1880.
En 2024 se registró otro descubrimiento. Esta vez en el centro de la ciudad de Corrientes, por calle 25 de Mayo, entre Salta y Buenos Aires.
Se trató de fósiles marinos incrustados en las placas de mármol travertino (roca sedimentaria porosa europea) de las escaleras del rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste.
Los materiales, colocados en el edificio de la UNNE, presentan caracoles, almejas y amonites. Según el informe del doctor Oscar Gallego, se trata de ejemplares de entre el jurásico superior – cretácico inferior.