En el patio de la antigua reducción jesuítica de La Cruz, existe un reloj solar que marca la hora desde el 30 de marzo de 1736.
Se trata de un cuadrante de piedra que, en tiempos de los jesuitas, se ubicaba en plazas o patios principales de colegios.
La columna que lo sostiene tiene una inscripción en latín, traducida como: "Desde la salida del sol hasta el ocaso alabad el nombre del Señor".
Una aguja de hierro marca las horas según la estación del año. En la inclinación sur de la piedra, la hora de verano; en la norte, la de invierno.
En el capitel se observan grabados los monogramas de Jesús y María.
Pese al paso del tiempo, el reloj continúa en su lugar original. Funciona sin mecanismos ni mantenimiento.