De regreso al pago
“Parecen años que no vengo a la costanera”, expresó Carlos, en su recorrida por la Costanera de Corrientes. Además, comento que la distancia es un factor determinante, cuando uno se aleja de sus pagos. Ya pasaron 9 meses de que se decreto el aislamiento por Covid-19 en Argentina. Carlos, que era empleado en una fábrica, pudo regresar a ver a su familia luego de quedar varado en Buenos Aires.
“La situación me
desesperó y con el paso de los días, me angustie más”, comentaba Carlos,
mientras respiraba hondo y tomaba aire. “Vos sabés que el aire que se respira
acá, es muy distinto al de allá”, expresaba con alegría y añadió, “es como si
te da vida, te reanima el alma”.
La última vez
que estuvo en la costanera, fue en enero, durante la Fiesta Nacional del
Chamamé. En ella, asistió con su familia y cantó todos los temas de la
actuación del “Bocha” Sheridan. Pero, eso no fue todo. Bailó toda la noche, y
expreso su alegría en largos y tendidos Sapucays, mientras sonaba Trébol de
Ases en el escenario.
Hoy, a pesar de que su situación es otra, le es imposible no emocionarse con la vista. El río funciona cual espejo que refleja cada una de sus emociones, y el sol radiante inunda sus ojos. Ese fuego dorado que toca con sus brazos la superficie del río, forma una gama de colores que son captadas por una, dos, tres… mil fotos en su celular.
El abrazo de su familia alivió en gran parte el estrés que le toco vivir. Tras su regreso, debió cumplir con 14 días de aislamiento. Luego sí, le dieron el permiso para poder circular y caminar por la costanera. Su costanera. Su hogar.
Sabe que la peor parte ya la pasó. Regresar a su casa.
Ahora arranca otra historia. Se quedó sin trabajo y debe buscar una nueva forma de sobrevivir, de llevar el pan a su mesa. Tarea difícil que se le avecina, en un momento complicado también del país.