HISTORIA DE LA ESCARAPELA ARGENTINA

Cada 18 de mayo, sin pensarlo demasiado, volvemos a prendernos la escarapela. Va en la solapa, al lado del pecho, como un gesto que guarda historia y patria.

Belgrano, en plena campaña, pidió una señal que diferenciara a los suyos. El Triunvirato respondió y el 18 de febrero de 1812 nació la escarapela, con los colores blanco y celeste. Dejaron atrás el rojo colonial.

El Instituto Nacional Belgraniano sostiene que el primer diseño tenía el centro celeste y la corona blanca. De ahí vinieron las cucardas, los moños y los lazos.

Se prende en guardapolvos, en actos escolares, en pechos que aún creen en nuestra identidad como argentinos. Es de las pocas cosas que todavía nos iguala sin hablar.

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