Como cada año, Corrientes volverá a iluminarse en la víspera de la Cruz de los Milagros. Como en los primeros años de la ciudad, muchas familias pondrán velas en puertas, ventanas y patios para acompañar el paso de los peregrinos hacia la cruz.
La costumbre viene desde los primeros siglos. Cuando no existía la luz eléctrica, los vecinos encendían velas para marcar el camino de la procesión. Era la única forma de que el recorrido no se perdiera en la oscuridad.
Hoy algunos prenden siete por las puntas de Corrientes. Otros, tres por la Trinidad o por la fecha fundacional. También hay quienes lo hacen por cada persona en su hogar.
El cantautor e historiador Gonzalo del Corazón de Jesús Roch, más conocido como “Pocho”, decía que “las velas y faroles arden porque significan la adhesión a los festejos de la fundación de Corrientes. En tiempos sin luz eléctrica, la oscuridad reinaba en la noche; y las luces eran el signo de que el festejo vivía en cada hogar”.
Y agregaba que "más allá de lo decorativo, cada vela encendida representa la fe en el milagro de la Cruz levantada por Alonso de Vera. Para el cristiano, la luz es Cristo mismo".