FRANCISCO, EL PADRE DEL SARGENTO CABRAL




Se ha dicho que el padre del héroe Juan Bautista Cabral fue José Ignacio Cabral, José Jacinto Cabral e incluso Luis Cabral. Sin embargo, lo cierto es que su padre fue Francisco Cabral, tal como él mismo lo declaró al incorporarse al Regimiento de Granaderos a Caballo. 

Esta información quedó registrada en el listado de muertos del combate de San Lorenzo, el cual consigna lo siguiente: “Juan Bautista Cabral, hijo de Francisco y Carmen Robledo, natural de Saladas, en Corrientes, estado soltero”.

Según la historiografía tradicional, Francisco Cabral, padre del granadero Juan Bautista Cabral, era de origen guaraní. No obstante, gracias a una reciente investigación llevada a cabo por los historiadores Matías González y Julio Romay, se determinó, a partir de documentación como escrituras de compraventa de esclavos, que Francisco Cabral era afrodescendiente, al igual que Carmen Robledo, madre del héroe. 

Juan Bautista Cabral, y por tanto también sus padres, vivieron dentro del mundo discriminado de los criados, un universo cruel que los marcaba incluso en su vestimenta para diferenciarlos del resto de los miembros de la familia del amo. Eran ofertados como objetos, sin importar sus talentos, virtudes o sentimientos, cual mercancías que tenían un precio y eran tratadas como tales.

Francisco Cabral fue propiedad de Francisco Solano Cabral. Posteriormente, pasó por herencia a manos de Isidro Cabral, quien lo vendió a José de Peñalver. Este, a su vez, lo comercializó con Eugenio Thomás Cabral, y finalmente fue adquirido por Diego Monzón. Esto significa que gran parte de la vida del futuro granadero no la compartió con su padre. 

En la primera venta registrada del esclavo Francisco, se dejó constancia de que tenía 12 años en 1775, lo que permite establecer que nació en 1763.


Para dimensionar el costo de un esclavo en aquella época, la venta del padre del granadero, Francisco Cabral, se concretó por 300 pesos. Esta suma equivalía —en números aproximados— al precio de 2.100 kg de arroz, o 770 kg de azúcar, o 2.000 kg de yerba mate, o bien a 600 jornadas de trabajo de un albañil.

En las distintas documentaciones halladas sobre Francisco Cabral, en una se lo menciona como “pardo”, en otra como “negro”, y en la última como “mulato”.

Francisco Cabral se dedicaba a tareas agrícolas y ganaderas en las estancias y haciendas de la familia Cabral, desempeñándose como criador o labrador, y solo esporádicamente realizando tareas domésticas.

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