El sábado 10 de agosto de 1996, víspera del Día del Niño, el parque Camba Cuá se llenó de familias desde temprano. Los chicos llevaban globos, gorritos de papel y esa ansiedad que no se esconde...todos esperaban a Quico.
A las tres de la tarde, el personaje de Carlos Villagrán salió al escenario con su clásico traje marinero. El griterío se extendió hasta la costanera. Cada gesto exagerado, cada mueca y cada queja desataron carcajadas en miles de niños que por primera vez lo tenían tan cerca.
Más de 50.000 personas colmaron el parque. Los chicos recibieron golosinas, juguetes y sorpresas. Payasos y magos recorrieron el predio, mientras los inflables y los juegos mantenían a un público que no se movía del lugar.
María Emilia, María Eugenia y María Laura Fernández Rousse, Las Trillizas de Oro, también dijeron presente. Sus canciones se mezclaron con el bullicio de una multitud que no quería apartarse del escenario.
Contexto económico
La década de los 90 benefició la llegada de artistas de talla internacional. En 1995, María Antonieta de las Nieves, quien personifica a La Chilidrina, también llenó el Camba Cuá.
A nivel nacional, el valor del dólar estaba fijado en 1 peso por el régimen de convertibilidad, determinado en una normativa aprobada en 1991.
Disputas con Chespirito
En 1978, dieciocho años antes de su llegada a la capital correntina, Villagrán tuvo un conflicto con Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, que lo llevó a dejar El Chavo del 8.
Según crónicas de la época, Carlos sostenía que la personalidad del hijo de Doña Florinda había sido creada por él, y que, por tanto, la esencia del personaje le pertenecía.
Tras la ruptura, el programa continuó sin Quico, quien fue modificado y replicado en espectáculos en países como Venezuela. Actualmente, el actor de ciudad de México sigue adelante con el personaje que lo lanzó al estrellato.