LA TRAGEDIA DE BELLA VISTA CONTADA POR TRES SUPERVIVIENTES

La tarde del 8 de septiembre de 1989 quedó en la memoria del chamamé. Ese día, un colectivo con músicos y bailarines se precipitó al río Paraná en Bella Vista.


Tres sobrevivientes, Cacho Espíndola, Ricardo Scófano y Raúl Díaz, recordaron cómo se vivieron las horas previas y las secuelas de aquel episodio.


"Era un día magnífico, había una ilusión tremenda. Nosotros íbamos con expectativas enormes, con la intención de mostrar lo que teníamos para ofrecer", contó Espíndola, quien rememoró que el grupo se preparaba para viajar a Francia, tras una serie de presentaciones en Corrientes.

Scófano destacó la magnitud del proyecto que los entusiasmaba: "Era la primera vez que trabajábamos con 24 o 28 canales abiertos, con todos los conjuntos tocando a la vez. La idea era mostrar un espectáculo único, bien organizado, casi como una antesala de lo que sería la Fiesta del Chamamé".

Díaz relató su experiencia al momento del accidente: "Mi primera intención fue reventar la ventanilla para poder salir, pero no pude. Vi que Carlitos Miño logró salir por ahí y después Tito". Con voz entrecortada recordó que por instinto buscó una vía de escape en medio del colectivo que se hundía.

Los tres explicaron que no recibieron atención psicológica. "Cargamos con lo que nos pasó solos. Nos dejaron que nos arreglemos como pudiéramos", lamentó Espíndola.

A la distancia, también evocan frases que les quedaron grabadas, como las palabras del padre Julián Zini. "Nos dijo que a veces un árbol tiene tanta copa que no deja crecer el pasto debajo, y que para que ese pasto crezca, ese árbol tiene que desaparecer. Eso me marcó para siempre", recordó.

El accidente cambió el rumbo de la historia del chamamé. Para Scófano, "fue un antes y un después, porque de esa tragedia también surgió una nueva generación de músicos que siguió adelante con lo que nosotros habíamos empezado".

  • Nota realizada en función de una entrevista publicada por El Litoral en 2012.

Intermirarte